22 de noviembre de 2012

"El Castillo de Cristal" de Jeannette Walls. Éste libro me gusta mucho (:




El castillo de cristal es una notable memoria de fortaleza y redención. Es también, una mirada reveladora a una familia que es a la vez profundamente disfuncional y tremendamente viva, vibrante. El padre, Rex es un hombre carismático y entusiasta, que logra transmitir a sus hijos la pasión por vivir. Les enseña física, geología, les cuenta historias. Pero Rex es alcohólico, y cuando está ebrio se convierte en una persona destructiva y poco de fiar. La madre es un espíritu libre, una pintora muy orgullosa de su arte que aborrece la idea de una vida convencional y que no está dispuesta a asumir la responsabilidad de criar a sus hijos. Los Walls son una familia errante. Viven aquí y allá y sobreviven como pueden. Los niños aprenden a cuidar de sí mismos, se protegen unos a otros, y finalmente consiguen salir del círculo infernal en que se convierte la familia para marcharse a Nueva York, seguidos de sus padres que optan por la indigencia. En el camino quedan noches al aire libre en el desierto, pueblos donde acuden durante una semana a la escuela, vecinos que los ayudan y abusos de todo tipo. El castillo de cristal es una historia impregnada del amor de una familia que ama y que también abandona, que es leal y al mismo tiempo decepciona.

"Cruzar la Noche" de Alicia Barberis. Otra novela que trata el mismo tema de "Sapos de la Memoria" .





Cruzar la noche, de Alicia Barberis (argentina nacida en Santa Fé), Segundo Premio Colihue, 1995, es una historia que habla de la terrible situación que dejó la última dictadura militar argentina.
 La vida de Mariana-Marina, que a los dieciséis años se entera que es hija de desaparecidos y necesita de la ayuda de las Abuelas de Plaza de Mayo para recuperar su identidad, es un relato que camina sobre un tema poco explorado por los escritores de literatura infantil-juvenil, por no decir aislado.

Mariana-Marina debe sondear en un mundo desconocido para llegar a sus verdaderas raíces. Entre sus dos nombres existe el sombrío pasado argentino de identidades disfrazadas. Sin embargo, la entereza de su lucha y el entorno que la ayuda convierten el relato en un hallazgo que logra blanquear su identidad.

El amor Pablo hacia Mariana le otorga un rescate a la historia que le permitirá cruzar no sólo la noche sino la vida. La sensualidad, el erotismo, la lucha por la verdad se contraponen a la mentira y la trampa.

Barberis es una de las pocas autoras que ha incursionado en esa temática y describe de una manera entrañable como una joven descubre que sus padres no los son y los suyos fueron víctimas de una dolorosa época.

Cruzar la noche es una novela donde la ficción se apoya en hechos históricos recientes y cruentos que dan como resultado una narrativa juvenil entroncada en la realidad con una escritura espontánea y emotiva.

Ensayo sobre la novela "Los Sapos de la Memoria"


PROHIBIDO OLVIDAR

“Cuando no recordamos lo que nos pasa, nos puede suceder la misma cosa.
Son esas mismas cosas que nos marginan, nos matan la memoria
nos queman las ideas, nos quitan las palabras”. Litto Nebbia

La violencia hacia las personas, a veces nos quita fuerzas.
En Argentina el 24 de marzo es el Día Nacional de la Memoria, fecha en la cual se recuerda  el Golpe de Estado de 1976 que fue el que marcó un antes y un después en la historia Argentina. La dictadura militar ha sido un acontecimiento que golpeó a todos: padres, madres, abuelas, hijos, nietos, etc. La generación de ese entonces quedó marcada con tal situación, si bien hubo seis golpes de estado en total, el último fue el más sangriento.
Muchas personas aseguran que tal vez era necesario que sucediera, ya que en ese entonces  había descontrol económico, violencia política y era evidente que el gobierno estaba en desunión. El golpe de estado supuestamente serviría para reorganizar la Nación, pero se les fue la mano.
Para dar mi opinión sobre esto me baso en lo que me contaron y cuentan: mi papá, tíos, conocidos que vivieron ese momento,  y la información leída.
 Los militares implementaron el terror para poner “orden”. Una persona normal no podía salir de su hogar sin el miedo de ser secuestrado. Existían el toque de queda, es decir que se podía estar hasta cierta hora en las calles. No se era libre para expresar los propios ideales, no se podían festejar  cumpleaños, y si lo hacían y los militares veían  mucha gente,  se armaba un revuelo. No se podía ser partidario de ningún grupo político, social o sindical;  a los montoneros (guerrilleros ) los asesinaban, ni hablar de las personas que eran secuestradas de las calles o sus propias casas y que estaban indocumentadas o parecían sospechosos de ser guerrilleros. Cualquiera era sospechoso: estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales. Cuando pensaban que eran de los revolucionarios, los torturaban como querían. Para esto utilizaban  picanas eléctricas, bolsas en  la cabeza, etc. Los inocentes eran culpables y luego estos mismos eran los famosos “desaparecidos” de los cuales nunca más se sabía.
Mi padre me contó que para esa época tenía apenas 10 años: “esa mañana de abril de 1977 camino a la escuela yendo a buscar a mi compañero, escuché disparos cerca de mi casa en barrio Guadalupe. Los militares habían cercado la cuadra ubicada en la esquina de Javier de la Rosa y Güemes más precisamente. No se podía pasar por allí. Yo pude observar desde la casa de mi compañero que vivía en la esquina diagonal a la casa donde entraron los militares, el enfrentamiento que duró entre 20 y 30 minutos aproximadamente. Miraba cómo salía humo de los gases lacrimógenos. Cuando se disipó el humo y cesaron los disparos, los militares entraron a sacar los cuerpos. Entre dos personas  los arrojaban hacia el camión como si fueran bolsas de papa, cubiertos de sangre. Luego apareció  otro camión del ejército en el cual cargaban los muebles de esa misma casa. La vaciaron. Cuando los militares se fueron quedaron dos soldados custodiando la casa. Pude reconocer a uno de ellos que era un soldado conocido del barrio. Le pedí permiso para observar por la ventana con mi compañero, de curiosos y vimos los agujeros producto de los disparos, ventanas rotas, rastros de masa encefálica con restos de cabello, sangre en las paredes y en el piso. El olor a sangre se confundía con el olor a pólvora y a  los gases. Fue algo difícil de olvidar lo que viví en ese momento. Tiempo después, en el año 2008,  supe por el diario que encontraron cuatro cuerpos N-N enterrados en una fosa común en el Cementerio Municipal, los que fueron identificados como los que habían muerto en abril de 1977”.
Hay libros novelados que ficcionalizan sobre esa época, por ejemplo: “Cruzar la Noche” de Alicia Barberis, “Los Sapos de la Memoria” de Graciela Bialet, etc. Una cita de este último de Mariana Caffaratti hace referencia a los vuelos de la muerte en los que ataban a muchas personas, los encapuchaban, y desde un avión los lanzaban al mar.
Actualmente,  los líderes culpables de tanta violencia están presos, fallecidos, ¿Pero de qué sirve? Lo hecho, hecho está.  La etapa de la dictadura fue muy sanguinaria, violenta y cruel, no respetó los Derechos Humanos. La vida no tenía valor. Personas inocentes padecieron eso. Muchos hijos de desaparecidos se preguntan por sus padres, ¿Dónde estarán?, ¿Muertos?, ¿Vivos? ¿Qué habrá sido de ellos? Preguntas que hasta el día de hoy, transcurridos 36 años, no tienen respuesta alguna.
Hoy, año 2012 me gustaría que los que son niños hoy, el día de mañana vivan una etapa feliz como la que yo estoy viviendo. Los adolescentes vivimos en libertad de pensamiento, tenemos boleto estudiantil  y no hay nadie que nos prohíba el derecho a expresarnos.
Uno nunca sabe el porvenir del país. Solo espero que no exista nunca más: Totalitarismo, Dictadura Militar, “La noche de los lápices”, represión, violencia, silencio.
En memoria de los desaparecidos, personas que sufrieron y familiares, nunca olvidemos.

Comentario sobre el libro "Los Sapos de la Memoria" de Graciela Bialet.







Los sapos de la memoria hace oír, por fin, la voz de los hijos de los desaparecidos. Más allá de los documentos y testimonios, la novela de Graciela Bialet incorpora, reune la historia de Camilo, un joven de diecisiete años, con la de sus padres, víctimas de la violencia que vivió la Argentina durante la última dictadura militar.
El silencio premeditado, y otras veces no querido, se paga con cuotas de demonios y pesadillas que Camilo deberá confrontar con la verdad que sus mayores, abuela y tíos postizos, le dejan saber a cuentagotas; quizá egoístamente, para preservarse ellos de tanto dolor insoportable.
—Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio—, canta Juan Manuel Serrat, y Camilo descubrirá la suya en un doloroso tránsito que se hará más llevadero de la mano de Carola, con el descubrimiento de un paisaje de ternura donde reinan los sapos de la memoria.

Reseña sobre el libro "Los Dioses Inútiles" de Alver Metalli






Un padre que se lanza a la aventura en el Nuevo Mundo recién descubierto para conquistar gloria y fortuna; un hijo que lo sigue, rebelde e inquieto como todos los hijos. Unidos por un gran afecto, los separan sin embargo sus diferentes temperamentos y deseos. Estas diferencias se ponen de manifiesto y se confrontan durante los preparativos para la expedición de Hernán Cortés. En una de las primeras batallas de los conquistadores con los nativos, el hijo desaparece misteriosamente. Durante la travesía de los españoles hasta llegar a Tenochtitlán, el padre va teniendo noticias de que su primogénito decidió quedarse en territorio americano y no participar de la búsqueda de riquezas que era el objetivo principal de los conquistadores, ni de las guerras que ese fin provocaba. Como telón de fondo desfilan los acontecimientos que provocaron la caída del imperio azteca: Cortés y sus capitanes, el hundimiento de las naves, las batallas contra los tlaxcaltecas, la entrada de los conquistadores a Tenochtitlán, la enigmática relación de Cortés con Moctezuma, la muerte del emperador, la sublevación de sus súbditos, la fuga desesperada de los españoles, el sitio y la sangrienta reconquista de la ciudad sobre el lago. Esta novela es el resultado de un minucioso trabajo de búsqueda y recuperación de datos y circunstancias. El autor llevó a cabo investigaciones en Santo Domingo, Cuba y México, donde durante tres años recorrió la ruta de Cortés y su expedición.